Erika Craun: Un excelente ser humano. No exagero al decir que personas como ella nos dan un toque de chispa cada vez que conversamos. Es una mentora excepcional, consejera y una persona culta. En lo personal, la admiro por su valentía, simpatía y entrega. Gracias a Dios, y a esta gran mujer, he podido superar muchos obstáculos que impedían mi crecimiento como mujer. Sus consejos me mostraron el camino para salir del foso de la desesperación, la depresión y la falta de autoestima, así como de verme menos por el hecho de ser madre soltera. De ella aprendí que sí podía salir adelante sola, que no necesitaba depender de nadie porque nuestra felicidad no depende de otros, sino de nosotros mismos. Aprendí a luchar por mis sueños, por pequeños que parezcan. Antes, yo era una mujer insegura, pero cada vez que escuchaba hablar a esta mujer, veía las cosas de manera diferente. Solía buscar constantemente la compañía de otras personas porque tenía miedo de estar sola. Sin embargo, aprendí de Erika que nadie es menos que nadie y que nosotros somos la medida correcta para la persona correcta. Me enseñó que la vida es maravillosa. Recuerdo una ocasión en la que me dijo: "Lidia, invierte tiempo en ti. Si antes dedicabas 4 horas o más a algo que no te beneficiaba, ahora cambia la estrategia. Esas 4 horas, o las que sean, inviértelas en ti. Cómprate un libro y lee; escribe si te gusta escribir". Lo hice, y realmente me ha funcionado. Es un honor para mí haberte conocido y haber coincidido contigo en esta vida. Un consejo muy sabio que me diste y que puse en práctica fue: "Nunca esperes que alguien llegue a tu vida para ser feliz. Sé feliz tú, porque te lo mereces, porque vales mucho, ¡porque sí puedes!". ¡Gracias, Erika Craun!